Enjuague rectal: ¿Qué son las duchas anales?
Antes de practicar sexo anal, es recomendable realizar una limpieza profunda del ano llamada ducha anal. Este tipo de limpieza garantiza que se observe un alto nivel de limpieza para evitar situaciones embarazosas en las que las heces interfieren con el placer. Si bien es posible que todas las personas que practican juegos anales no puedan realizar duchas vaginales, explicaremos lo que implica y si es necesario.
¿Qué es una ducha anal?
Una ducha anal es un dispositivo que se utiliza para introducir un chorro de agua en el ano por motivos de higiene. Para muchas personas, la preparación para el sexo anal siempre tiene un elemento de higiene que puede ser una simple visita a la ducha o un proceso más intenso mediante la ducha anal. Una simple ducha implicaría agua y jabón, aunque al ser el ano una zona muy sensible, deberás tener cuidado con el tipo de jabón que elijas para evitar irritación en el conducto anal.
Una ducha anal es una herramienta importante en el baño para quienes desean realizar una limpieza profunda del ano. Este dispositivo viene en diferentes formas para mayor comodidad. Aunque están diseñados y fabricados principalmente para la higiene, no existe ninguna regla de que no puedas disfrutarlos de otras maneras, digamos, como un juguete sexual .
La ducha con bombilla es la más común y probablemente la más fácil de usar. Se compone de dos partes: una pera, que está hecha de silicona o goma y se puede apretar, y una boquilla. El bulbo retiene el agua y la boquilla se utiliza para dirigir el agua hacia el conducto anal.
La ducha tipo ducha suele ser un kit completo que se puede conectar a un grifo de ducha o bañera existente. Por eso se llama ducha vaginal. El kit se puede fijar permanentemente a la ducha o se puede montar cada vez que se duche.
El beneficio de una ducha tipo ducha es que cuando te duchas te proporciona un flujo constante de agua que te ayuda a lograr una experiencia de limpieza más completa y profunda. Este tipo de duchas vaginales son muy efectivas y seguras si cuentan con un grifo regulador. Un grifo de este tipo le ayudará a ajustar la presión para evitar una presión alta e inconsistente que es común en las tuberías domésticas. Cuando la presión es demasiado alta, puede causar mucho dolor y puede romper el recto. Es importante regular la presión para que no te encuentres en la sala de urgencias de un hospital.
La ducha con bolsa de agua, por otro lado, es una combinación de la bombilla y la ducha para crear un híbrido que es más fácil de usar y portátil. La bolsa se llena de agua y se cuelga de un gancho en la pared. Luego, la bolsa se conecta a un tubo largo que tiene una boquilla que se utiliza para dirigir el agua hacia el ano. Se adjunta un adaptador para ajustar el flujo de agua y evitar una presión muy alta que puede ser desastrosa.
Como hemos visto anteriormente, una ducha anal típica tiene dos partes principales: la boquilla y la pera. La pera se usa básicamente para retener y bombear el agua hacia el canal anal. La boquilla, por otro lado, ingresa al ano para dirigir el agua bombeada. Dado que la boquilla es la parte que entra en contacto directo con el ano, su tamaño y forma son cruciales a la hora de dar forma a su experiencia de ducha anal. Aunque el tipo de boquilla puede afectar tu experiencia, es recomendable aplicar lubricante alrededor de la abertura anal para ayudar a que la boquilla penetre sin causar ningún dolor.
La ducha anal ayuda a limpiar el recto de heces, dejándote sintiéndote limpio y listo para el sexo anal.
¿Cuándo deberías ducharte?
No se recomiendan las duchas vaginales regulares porque pueden secar las paredes del recto y causar daños irreparables. Recuerde, el ano no tiene un mecanismo natural de lubricación como la vagina. Por lo tanto, las duchas vaginales frecuentes harán que el conducto anal sea vulnerable a desgarrarse cuando se produce la penetración.
Se recomienda que puedas realizar duchas vaginales una o dos veces al mes si tu sexo anal es regular. Esto permite que el recto recupere los niveles de hidratación y las bacterias beneficiosas que pudieron haber sido eliminadas en las duchas vaginales anteriores. Puedes establecer ciertos intervalos para las duchas vaginales, pero la conclusión es que no es un proceso que se realiza cada dos días. Es fundamental tener siempre en cuenta la reacción de su cuerpo. En caso de que sienta alguna molestia durante las duchas vaginales, es aconsejable suspenderlas.
Cómo hacer una ducha anal
El proceso de ducha vaginal es simple y directo. Llene la bombilla con agua. Inserte la boquilla dentro del ano y apriete suavemente la pera para dirigir el agua hacia el recto.
Asegúrate de que el agua esté tibia. El agua fría puede provocar un shock en el cuerpo, lo que puede provocar una tensión innecesaria. El agua caliente, por otro lado, puede quemar el recto debido a la naturaleza sensible del revestimiento anal. El agua debe estar muy cerca de la temperatura de tu cuerpo. Retenga el agua por un momento apretando sus esfínteres y luego expulselos al inodoro.
Es recomendable aplicar lubricante en el ano para ayudar a que la boquilla entre sin esfuerzo. Durante este proceso, es importante relajarse para que los músculos anales se aflojen. Esto hace que todo el proceso sea mucho más fácil.
Beneficios de las duchas vaginales
Las duchas anales hacen que toda el área anal esté súper limpia mientras te preparas para el sexo anal. Esto evita cualquier vergüenza por encuentros con materia fecal. Esto puede arruinar el estado de ánimo e impedir que usted o su pareja disfruten todos los beneficios del juego anal. Cuando estás cómodo es fácil concentrarte y lograr una experiencia mucho más satisfactoria.
También puede decidir realizarse una sesión de duchas vaginales para higiene general. Te hará sentir más limpio, más seguro y, en general, más feliz. Las duchas anales no tienen por qué ser para quienes planean tener sexo anal, puedes probarlas y decidir cómo se siente y si es algo que puedes hacer de vez en cuando.